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Arquitectos: RISCO
- Área: 5574 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Carolina Delgado
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Proveedores: Dialum, FLOS, Saint-Gobain, Assa Abloy, Bega, Bobrick, CIFIAL, CLIMAR, EGE, EXENIA, FTF, Fassa Bortolo, Geberit, JNF, JUNG, Jansen, Lasvit, Lightgraphix, Mute, Reggiani, +6
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El complejo urbano del Convento do Beato está formado por una docena de edificios de diferentes épocas. Incluye la antigua iglesia, lo que queda del antiguo convento y varios edificios construidos principalmente para uso industrial a finales del siglo XIX y principios del XX. Del edificio del convento se conservan el claustro, la sala capitular, el refectorio, la escalera y la biblioteca, espacios que se utilizan desde hace varias décadas como Centro de Eventos.
El proyecto desarrollado por RISCO, para Beato Lux, incluye la remodelación del Centro de Eventos y la renovación/rehabilitación de los edificios restantes para nuevos usos, es decir, servicios en la antigua iglesia y viviendas en los antiguos edificios industriales. El proyecto también incluye la construcción de dos estacionamientos, uno en superficie y otro subterráneo, y varios espacios exteriores. Las obras comenzaron en 2018 y está previsto que finalicen en 2024. En marzo de 2022 finalizaron las obras del Centro de Eventos, destinadas a mejorar las condiciones de confort y seguridad de las miles de personas que asisten allí a fiestas, reuniones de empresa o lanzamientos de productos.
La intervención tuvo una vertiente más técnica, relacionada con la sustitución de las instalaciones de telecomunicaciones, energía y seguridad, la rehabilitación de la cocina, la modificación de vanos y barandillas, etc. Y una vertiente más creativa, relacionada con el diseño del edificio administrativo, los patios, las nuevas instalaciones sanitarias y algunos elementos especiales, como los pasillos para las salidas de emergencia de la biblioteca. Estos últimos expresan bien nuestra forma de diseñar cuando nos enfrentamos a un valioso patrimonio arquitectónico, que consiste en asumir la imagen contemporánea de los nuevos elementos, pero evitando fuertes contrastes con la arquitectura existente.
También hubo espacio para "operaciones quirúrgicas", como las que se llevaron a cabo en la biblioteca, el vestíbulo, el refectorio y la sala capitular, necesarias para instalar el sistema de aire acondicionado, duplicar las cerchas de soporte del techo y cambiar las aberturas. Intervenciones en las que intentamos ser lo más discretos posible.
Pero la transformación más importante tuvo lugar en el claustro, el espacio que acoge los mayores eventos y que tenía, desde los años 80 del siglo pasado, una cubierta piramidal, revestida con paneles acrílicos, que no proporcionaba la necesaria evacuación de humos ni el aislamiento térmico y acústico que requiere este tipo de uso. Y donde no había sistema de aire acondicionado, lo que creaba una gran incomodidad en los días de temperaturas extremas.
El diseño del nuevo techo fue el resultado de un largo proceso de investigación técnica y formal, ya que se pretendía que fuera estructuralmente ligero, técnicamente eficiente y arquitectónicamente coherente con los alzados del claustro. La solución adoptada se compone de un sistema de cerchas, ortogonales entre sí, que forman un conjunto de "panales" iluminados desde arriba por claraboyas. Las nuevas claraboyas garantizan el aislamiento térmico y acústico hacia el exterior y se abren mecánicamente en caso de incendio. Los "panales" están recubiertos de un material de alta absorción acústica, lo que ha aumentado considerablemente el confort interior y la calidad del sonido. Esta estructura también integra conductos de aire acondicionado en la periferia.
El nuevo techo respeta y refuerza la métrica de los alzados del claustro, pero adopta un lenguaje marcadamente contemporáneo. El contraste entre los planos verticales, de piedra trabajada, y el techo, de yeso blanco y liso, añade valor al espacio, introduciendo una complejidad que antes no existía. En este proyecto, como en muchos otros, no hemos seguido una única "receta": en algunos espacios ocultamos las nuevas instalaciones técnicas, en otros las asumimos como elementos que participan en la composición. En algunos casos asumimos un lenguaje marcadamente contemporáneo, en otros adoptamos una actitud más conservadora, replicando el diseño de la carpintería, la cantería o la metalistería antiguas.
Fue un trabajo extenso y complejo, que requirió adaptaciones permanentes a medida que avanzaban las obras. Una vez terminada la obra, nos dimos cuenta de que habíamos conseguido implantar todo lo necesario para el funcionamiento de un centro de eventos moderno, sin desfigurar unos espacios absolutamente notables desde el punto de vista patrimonial y arquitectónico. Este fue siempre el principal objetivo de la intervención.